Mediante la técnica de ilustración digital, la arquitecta e ilustradora Mercedes Machado, se interroga sobre la sorprendente armonía íntima de la flora autóctona del Bosque Chaqueño Serrano.
Tomando patrones de crecimiento orgánico de especies como el piquillín, la peperina o la pasionaria, compone novedosas estructuras, verdaderos mandalas, que intentan recobrar el valor de lo minúsculo y hasta de lo invisible que en la naturaleza existe y que debe ser descubierto todavía.