“La participación de la gente le da sentido a lo que hacemos”, afirma Silvia Burgos quien junto a su equipo desarrolla “Divergente”, en el Museo de Antropología de la UNC, una propuesta educativa que pretende abordar y problematizar algunos conceptos vinculados a ‘quiénes somos’ y a qué significa que el Museo muestre la diversidad social, cultural y tecnológica a través del tiempo.
“Utilizamos herramientas lúdicas en torno a algunos conceptos y los convertimos en personajes generando juegos de exploración asociados a las características de esos personajes”, explica Burgos sobre esta propuesta dirigida a niños y niñas que se presentará en el Museo de Antropología en la etapa de vacaciones de invierno.
Durante el año 2018 los personajes fueron: “Diversidad”, “Diferencia” y “Desigualdad”. En el 2019 se sumarán otros personajes, tales como “Identidad”, “Híbrido”, “Cultural” y “Vos”, los cuales, de alguna manera, se vincularán a quienes asistan a esta experiencia, contribuyendo a pensar el Museo como un espacio divergente y un lugar de encuentro, comenta Burgos.
Precisamente, respecto al concepto “Divergente”, Burgos afirma que “se centra en el objetivo de generar un sentido de pertenencia y de protagonismo del visitante en el Museo”. Es decir, a través de las actividades se pretende conocer acerca de `los otros’ que visitan el Museo: quiénes son, por qué vienen y qué los motiva para hacerlo”. Entonces, “la pregunta está vinculada a quién soy o a quiénes son los que me acompañan, cuál es mi historia y porqué somos divergentes”, agrega la educadora. De este modo, a partir de la historia de un personaje, que es una caricatura, se genera empatía en un niño o en un adulto ayudando a que “las personas se vinculen en el Museo desde sus historias personales”, completa.
Por otro lado, la propuesta “Divergente” también se presenta como una excusa para abordar temas y generar un espacio de pensamiento: “A veces estamos hablando de un concepto y a la vez estamos potenciando una reflexión en torno, por ejemplo, a la idea de cultura o al concepto de identidad” (…) y esta misma excusa también logra que los visitantes “cuenten quiénes son, cómo es su familia, cuál es su historia, qué les gusta, qué no les gusta y por qué están en el museo”, refiere Burgos.
Esta invitación de “Divergente” a pensar (nos) nos sumerge en el mundo de la “antropología viva”, para referirse al vínculo entre colectivos, grupos y comunidades como actores sociales. “Siempre recordamos que la gente iba al museo a ver dinosaurios y, hoy por hoy, estamos hablando de pueblos originarios y de generar actividades continuas que fortalezcan la comprensión respecto a qué es la antropología”, asegura la educadora, y al mismo tiempo advierte sobre “Pensar en qué otras posibilidades tiene la antropología de brindar información y cuál es el potencial que tiene esta disciplina como ciencia”.
El camino es largo, pero sin dudas arroja sus frutos. “Hace 10 años estábamos hablando de un taller sobre qué hacen los arqueólogos y, actualmente, la conversación gira en torno a la diversidad”, se entusiasma Silvia Burgos.
Entrevista realizada por María Eugenia Lunad Rocha a Silvia Burgos, guía y educadora del Museo de Antropología de la Universidad Nacional de Córdoba